Tao Te King
故飘风不终朝,骤雨不终日。
孰为此者?天地。
天地尚不能久,而况于人乎?
故从事于道者,同于道;
德者,同于德;失者,同于失。
同于道者,道亦乐得之;
同于德者,德亦乐得之;
同于失者,失亦乐得之。
信不足焉,有不信焉。
Hablar poco es lo natural.
Por eso el torbellino no dura toda la mañana,
ni el aguacero dura todo el día.
¿Quién produce estas cosas? El Cielo y la Tierra.
Si ni el Cielo ni la Tierra pueden hacer que duren,
¿cuánto menos podrá el hombre?
Por eso, quien sigue el Tao se identifica con el Tao.
Quien sigue la Virtud se identifica con la Virtud.
Quien sigue la pérdida se identifica con la pérdida.
A quien se identifica con el Tao, el Tao lo acoge con alegría.
A quien se identifica con la Virtud, la Virtud lo acoge con alegría.
A quien se identifica con la pérdida, la pérdida lo acoge con alegría.
Si la confianza es insuficiente, no se recibe confianza.
La intensidad violenta, como una tormenta de verano, es insostenible por naturaleza y siempre cede paso a la calma.
Lao Tse observa que ni siquiera la naturaleza, con todo su poder, puede mantener un huracán o una lluvia torrencial indefinidamente.
En nuestra cultura latina, a veces valoramos el estallido emocional o el esfuerzo heroico momentáneo, pero el Tao nos enseña que la verdadera fuerza reside en la constancia suave, no en la explosión.
Cuando forzamos las situaciones con ira o ambición desmedida, agotamos nuestra energía vital (Qi) rápidamente.
La naturaleza busca el equilibrio; cualquier exceso se corrige a sí mismo, a menudo con un colapso.
Entender esto nos permite moderar nuestros impulsos y buscar un ritmo sostenible.
Como un cantaor de flamenco que no puede mantener el "quejío" más desgarrador durante horas sin perder la voz.
O como correr un encierro a toda velocidad; nadie puede mantener ese ritmo frenético todo el día sin caer exhausto.
Nos convertimos en aquello a lo que dedicamos nuestra atención y energía, fusionándonos con nuestra elección.
Este pasaje introduce una idea psicológica profunda: la identificación.
Si te enfocas en el Tao (el flujo natural), tu vida se llena de fluidez y oportunidades; si te obsesionas con la pérdida o el fracaso, te conviertes en la encarnación de esa pérdida.
Es como un espejo: el universo te devuelve exactamente lo que proyectas.
No es un castigo moral, sino una ley física de atracción y resonancia.
Si caminas con virtud, la virtud te sale al encuentro en los demás; si caminas con resentimiento, encontrarás motivos para estar resentido en cada esquina.
Si un abuelo siempre habla de enfermedades y desgracias, su mundo se vuelve gris y solo atrae quejas.
Por el contrario, quien cultiva la gratitud en la mesa familiar, encuentra que la alegría se multiplica y los demás responden con generosidad.
La confianza no se exige, se otorga primero; para ser creído, uno debe primero creer en los demás y en el proceso.
La frase final, "Si la confianza es insuficiente, no se recibe confianza", es una advertencia crucial para las relaciones humanas.
A menudo esperamos que los demás nos demuestren su lealtad antes de abrirnos, pero el Tao invierte esta lógica.
La desconfianza genera un muro defensivo en el otro; para liderar, amar o convivir, debemos dar el primer paso de fe.
Esto no significa ser ingenuo, sino operar desde una base de integridad que inspira seguridad.
Cuando dudas de todo, te vuelves indigno de confianza porque tu propia inseguridad te hace impredecible.
Un padre que revisa constantemente el teléfono de su hijo adolescente crea un ambiente de secretos y mentiras.
Un jefe que microgestiona cada tarea demuestra su propia inseguridad y, como resultado, sus empleados dejan de tomar iniciativas responsables.
El Problema: Una persona apasionada explota con gritos y reproches ante un conflicto familiar, creyendo que su intensidad demuestra su razón. Sin embargo, tras la tormenta, se siente vacía, las relaciones quedan dañadas y el problema original persiste, agravado ahora por el rencor de los demás.
La Solución Taoísta: Recuerda que "el torbellino no dura toda la mañana". En lugar de alimentar el fuego, observa la emoción como una nube pasajera. Practica el "hablar poco" en el momento de calor. Retírate, respira y espera a que pase la tormenta interna. Al responder desde la calma posterior, tu palabra tendrá peso real y restaurarás la armonía sin desgaste innecesario.
El Problema: Alguien ha sufrido un fracaso o una pérdida dolorosa y se pasa los días lamentándose, repitiendo su desgracia a todos. Se ha "identificado con la pérdida", convirtiendo el evento temporal en su identidad permanente, lo que aleja a las nuevas oportunidades y a la gente positiva.
La Solución Taoísta: El Tao enseña que "quien se identifica con la pérdida, la pérdida lo acoge". Para salir del pozo, cambia tu resonancia conscientemente. Deja de hablar de lo que falta y alinéate con lo que puede crecer. Acepta el duelo, pero no vivas en él. Al enfocarte en la acción constructiva, el Tao te acogerá con alegría y nuevos caminos se abrirán.
El Problema: Un gerente o líder comunitario siente que su equipo no se compromete. Para solucionarlo, impone controles estrictos y vigilancia constante. Siente que si no supervisa, nadie trabajará. Esta falta de fe crea un ambiente tóxico donde la gente hace lo mínimo indispensable.
La Solución Taoísta: "Si la confianza es insuficiente, no se recibe confianza". El líder debe soltar el control excesivo y demostrar fe en la capacidad de su gente. Debe delegar autoridad real, no solo tareas. Al mostrar que confía en su juicio, los empleados sienten la responsabilidad moral de responder a esa confianza. La lealtad se cultiva ofreciendo primero respeto y autonomía.